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La laureada que creíamos desterrada

Hace unas semanas CSIF, el principal sindicato de la Policía Foral, entregó unas distinciones que incluían un pin con el escudo de Navarra con la laureada, símbolo franquista humillante y antidemocrático que ya fue oficialmente retirado del escudo de Navarra en 1980.

Navarra, que es pionera en las leyes aplicadas y en el movimiento memorialista, ya hizo en su día un censo de símbolos franquistas. El objetivo era que esos vestigios antidemocráticos desaparecieran de nuestro espacio urbano, de nuestras representaciones institucionales y de nuestro ámbito público. Tras verificar que existían 308 símbolos franquistas se empezó a proceder a su eliminación.

De hecho en la Ley Foral de memoria histórica aprobada en 2013 se hace mención a estos símbolos y distinciones. En el artículo 11 y 12 de esta última ley se contempla la retirada de símbolos, leyendas y menciones franquistas y la anulación de distinciones, nombramientos, títulos y honores institucionales. Así pues el sindicato, además de tener una actitud lamentable hacia la memoria de las miles de personas asesinadas y represaliadas por el franquismo en Navarra, ha contravenido el espíritu de las leyes aprobadas por el Parlamento de Navarra.

Todas las sociedades tienen su memoria, su imaginario colectivo. Unas veces está más copada por una versión oficial interesada que frivoliza los episodios trágicos, otras sin embargo esta memoria o versión oficial se adecua a los tiempos actuales para, no sin problemas, acercarse también a las voces críticas del pasado. 

En nuestra sociedad, tras el franquismo se pasó página sin más, como si nada de lo anterior hubiera pasado. Como si la sociedad española no hubiera sufrido una guerra civil, ni miles de fusilamientos, ni una cruenta dictadura.

Por eso el esfuerzo de instituciones públicas, ámbitos académicos, asociaciones de familiares y partidos como el nuestro se ha centrado en reelaborar otras referencias diferentes a las que el franquismo no impuso. Los familiares de las víctimas repúblicas se lo merecían, pero creímos también que la cultura democrática se refuerza con una memoria democrática común, por eso se le dio tanta importancia a la retirada de esos símbolos que exaltaban a quienes eran los responsables de las matanzas franquistas tras el golpe de estado del 18 de julio.

Dar pasos para cerrar un pasado de agravios y humillaciones hacia las víctimas del franquismo es vital si queremos encarar el futuro de nuestra sociedad. Y hacerlo bien es imprescindible, para ello todos los agentes sindicales, sociales o políticos que formamos parte del andamiaje institucional de nuestra comunidad debemos estar comprometidos en la defensa de esos valores.

Una sociedad proyecta sus valores sobre el espacio público y simbólico, es ahí donde se visualizan los cambios sociales, los valores, el proyecto de sociedad. La iconografía, el panorama urbano y las menciones especiales resumen ese imaginario colectivo, por eso el agravio hacia el mundo republicano y la apología del franquismo deben desaparecer de cualquier gesto o distinción.

El sindicato CSIF, entregando distinciones con la laureada de San Fernando de clara inspiración franquista, se coloca frente a las víctimas y se ubica en el quicio mismo de la ley. Son muchas las sentencias que hablan de ello. Tanto es así que el TAN obligó en su día al ayuntamiento de Pamplona a cambiar los nombres franquistas de las calles de la Txantrea. Por eso creemos que es importante que el Gobierno de Navarra, aplicando las diferentes leyes existentes, actué para que hechos como este no vuelvan a repetirse.  

El franquismo pegó duro, rápido y mucho. Por eso dejó rotas tantas cosas, porque fue implacable. Asesinó, una tras a otra, a 3.452 personas en Navarra, rapó a muchas viudas, robó enseres, casas y posesiones y humilló a las familias republicanas que tenían que velar a los suyos en cunetas y tapias de cementerios.

Así que deslegitimar definitivamente y para siempre el franquismo, guardar sus símbolos en museos y libros, y no volver a sacarlos nunca, y reforzar la memoria democrática con el recuerdo hacia las mujeres y los hombres republicanos que lucharon en nuestra tierra a favor de los valores democráticos es sin duda la mejor aportación que hoy podemos hacer a Navarra, incluso para un sindicato como CSIF.

Jokin de Carlos, Coordinador de la Red de Memoria Democrática de IUN-NEB

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