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Carlos Guzmán recoge el testigo de la Coordinación de IU Navarra en la XI Asamblea de IUN-NEB celebrada el pasado sábado día 23 de octubre en el Palacio del Condestable de Pamplona

En la Asamblea, se ratificaron los resultados de las votaciones online y presenciales que tuvieron lugar entre los pasados días 13 y 17 de octubre.

Resultados de las votaciones celebradas entre la militancia:

Documento político:

La hora de cumplir. Avanzando hacia la República: 94 votos

Sumemos fuerzas. Horizonte República: 115 votos

Votos en blanco: 16 votos

Comisión Colegiada:

Candidatura encabezada por Iñaki Bernal: 89 votos

Candidatura encabezada por Carlos Guzmán: 112 votos

Votos en blanco: 7 votos

Coordinadora regional:

Candidatura encabezada por Marisa de Simón: 87 votos

Candidatura encabezada por Juan Carlos Esparza: 107 votos

Votos en blanco: 9 votos

Estatutos:

Votos a favor: 157

En contra: 4

Abstenciones: 32

Informe de Gestión:

Votos a favor: 110

En contra: 22

Abstenciones: 94

Discurso del Coordinador General, Carlos Guzmán

Compañeras, compañeros, amigas y amigos que hoy nos acompañáis, egunon, es para mí todo un honor saludaros en este acto de clausura de la XI Asamblea de Izquierda Unida de Navarra.

En este proceso asambleario hemos demostrado que nuestra organización está hoy en día muy viva. Nuestra organización tiene una gran historia detrás que nos une con el hilo rojo de la historia, pero sobre todo, hemos demostrado entre todos y todas que nuestra organización tiene un prometedor futuro por conquistar.

Tengo el deber político y también personal de dirigir mis primeras palabras a nuestra compañera Marisa. Marisa, te ha tocado dirigir nuestra organización en unos tiempos nada fáciles, bastante convulsos, en los que si algo has demostrado ha sido una dedicación plena a este proyecto político. Con tus aciertos y con tus errores, como todo el mudo, creo que puedes estar más que satisfecha por el trabajo realizado. No me cabe la menor duda de que seguirás trabajando por y para esta organización, representándonos de manera leal, disciplinada e inmejorable en el Parlamento de Navarra desde la Portavocía de Izquierda-Ezkerra.

También me gustaría dirigirme personalmente al compañero Iñaki. Tanto tu como el conjunto de compañeras y de compañeros que habéis conformado la otra candidatura que ha concurrido en este proceso habéis demostrado generosidad, altura de miras, y sobre todo un gran compromiso con esta organización. Es necesario reconocer el valiente paso adelante que habéis dado también. Estoy plenamente convencido de que trabajar desde hoy mismo contigo y con tus compañeros y compañeras de candidatura en la Comisión Colegiada será un placer.

Tras esta Asamblea el conjunto de la afiliación tenemos que interiorizar que hoy no hay vencedores ni vencidos. El conjunto de la organización debe salir fortalecida de este proceso en el que de forma plural y democrática hemos intercambiado ideas, hemos confrontado proyectos, y hemos decido la Izquierda Unida de Navarra que necesitamos.

De forma tendenciosa, hay quien ha querido ver en este proceso una señal de debilidad o división, nada más lejos de la realidad. Este movimiento político y social siembre se ha caracterizado por su pluralidad, y en este momento, el que hayamos concurrido dos candidaturas con dos documentos diferentes pone en valor la riqueza política e ideológica de nuestra organización.

Eso sí, a partir de ya mismo tenemos que salir toda la afiliación de esta organización comprometida con la síntesis superadora de la que nos hemos dotado. Mañana ya no habrá candidaturas, ni porcentajes, ni bloques, mañana habrá una dirección muy plural, que asumirá como propios los mandatos de unidad e integración que nos habéis ordenado con vuestra votaciones. La cuarta ola del feminismo nos ha enseñado que necesitamos coser heridas y tejer redes para alcanzar nuestros objetivos políticos. A partir de ya mismo el compañerismo, la camaradería y la sororidad feminista tienen que reinar en nuestra organización. En esta organización debe tener cabida todo el o la que quiera una transformación de la sociedad, las puertas están abiertas desde ya mismo a todo aquel y a toda aquella que quiera venir a militar, soñar y luchar con nosotras.

A nivel interno, tenemos un gran reto que me atrevo a asegurar que compartimos todos y todas; el fortalecer IU Navarra recuperando la ilusión. Durante el proceso de visitas a las Asambleas Locales nos habéis dejado muy claro que necesitáis que pongamos todos nuestros recursos organizativos, económicos, políticos y humanos a vuestro servicio. Una fuerza municipalista como la nuestra tiene que encontrar su anclaje con la sociedad en nuestros pueblos y ciudades, y nuestras Asamblea Locales tienen que ser el espacio de reflexión, de debate y de planificación de nuestra intervención en el ámbito municipal. Nuestras concejalas y concejales realizáis una labor inmejorable, muchas veces ingrata, pero imprescindible para mejorar el día a día material de vuestros vecinos y vecinas. Leyre, Carlos, Iñaki, Santi, Álvaro, Soco, Iñaki, Alberto, Emilio, David, Rafa, Julia, Bea o Enrique, sois los mejores embajadores de nuestra organización. Somos plenamente conscientes de las dificultades que os encontráis las Asambleas Locales en vuestro día a día para funcionar y trabajar, y la voluntad de esta nueva dirección va a ser la de ayudaros y apoyaros en todo lo posible.

Así  mismo, tenemos que recuperar esa alegría interna que siempre ha reinado en nuestra organización. Tenemos que dotar de una mayor participación y una mejor dinámica a nuestros órganos. Tenemos que abrir de par en par las puertas de nuestra organización a la sociedad a través de las Redes de Activistas. Estas Redes que tenemos que constituir tienen que ser espacios de reflexión y discusión sectorial, en los que junto con amigas y compañeras de luchas elaborar colectivamente nuestras propuestas programáticas y planificar nuestra intervención en el conflicto social.

Nuestra organización no debe olvidar su vocación de movimiento político y social. En el año 86 ya analizamos lo necesario de superar las estructuras de los partidos políticos tradicionales, para compaginar la acción social con la acción electoral e institucional. Nuestra militancia, más allá de ser una mera afiliación paga cuotas, tiene que estar compuesta por activistas sociales involucrados e involucradas en todos y cada uno de los conflictos que nos rodean, a los cuales debemos acudir con humildad y generosidad, poniendo nuestros activos políticos y organizativos al servicio de esa causa. La relación de nuestra organización con los movimientos sociales, con los sindicatos de clase o con el tejido asociativo debe ser directa y fluida. La sociedad que aspiramos a transformar esta fuera de nuestras sedes y de las instituciones en las que trabajamos, y tenemos que abrirnos y nutrirnos de ella.

Institucionalmente, si algo nos caracteriza es la rigurosidad de nuestras propuestas y la tenacidad del trabajo de nuestros cargos públicos. Debemos ser conscientes, que las instituciones son doblemente un peligro y una oportunidad en nuestra acción política. Las instituciones son engranajes del propio sistema que aspiramos a transformar, y sus propias dinámicas y contradicciones pueden llegar a atraparnos y engullirnos en las dinámicas institucionalistas, logrando a veces agotarnos e incluso alejarnos día a día de la calle a la que nos debemos. Esto no quiere decir que tengamos que caer en un infantil izquierdismo que renuncie al trabajo institucional ni mucho menos. Tenemos que instrumentalizar doblemente las instituciones para mejorar la vida material de las familias trabajadoras y para logar difundir mediáticamente nuestras propuestas políticas y programáticas. Necesitamos tener un pie dentro de la institucionalidad pero otro fuera. Con los dos pies dentro moriríamos por integración, pero con los dos fuera lo haríamos por aislamiento. Como fuerza política transformadora no podemos aspirar únicamente a maquillar el orden establecido, pero tampoco a predicar en el desierto.

Hoy en día nos encontramos inmersas en la mayor crisis económico-sanitaria que han conocido nuestras generaciones. La Covid-19 llegó, como señal evidente de un capitalismo destructor del medio ambiente y de los ecosistemas que lo conforman, para trastocar por completo nuestras ajetreadas vidas. De buenas a primeras nos vimos todas confinadas en casa, y comprobamos una vez más que era la sanidad pública y la mayoría social trabajadora la que daba el do de pecho para cuidarnos a todas y todos. No fueron los banqueros ni el Ibex-35 los que se partieron la cara en primera línea, fueron las sanitarias, las cajeras, las reponedoras, las trasportistas, o las limpiadoras. Gran parte de ellas sumidas en la más aberrante precariedad laboral, pero allí estuvieron, dignificando el orgullo de pertencia a la clase trabajadora. Y allá donde no llegó lo público ni la clase trabajadora, estuvo la solidaridad vecinal. El Che Guevara decía que la solidaridad era la ternura de los pueblos, y esa ternura con la que los vecinos se auto-organizaban en nuestros barrios para cuidar ancianas y niños o para hacer compras y recados, es el mayor patrimonio del pueblo trabajador. El capitalismo quiere ciudadanos abnegados, tristes, desilusionados, divididos, individualizados… y nosotras y nosotros tenemos que abanderar la alegría y la unidad. Solo el pueblo salva al pueblo. Solo el pueblo salva al pueblo.

Nuestra organización, a través de la coalición electoral Izquierda-Ezkerra, tuvo y sigue teniendo un papel fundamental en el ciclo de cambio político-institucional iniciado en Navarra el año 2015. Aquel primer Gobierno sustentado por el llamado cuatripartito sin lugar a dudas marcó un antes y un después en la política navarra reciente. Después de mucho tiempo la derecha regionalista fue expulsada de las principales instituciones de nuestra comunidad. Hoy, ratificamos también nuestro total compromiso con el desarrollo legislativo del acuerdo programático que da sustento al actual Gobierno de Navarra. Izquierda Unida de Navarra, hemos sido, somos y seguiremos siendo una opción totalmente fiable a la hora de mantener alejadas a las derechas del poder gubernamental. Con nosotros y nosotras no se podrá contar jamás, ni por activa ni por pasiva, para facilitar gobiernos de la derecha regionalista. La derecha navarra lleva ya unos cuantos añitos sumida en la oposición, y nuestra organización seguirá trabajando para que así siga siendo.

En la actualidad, la gran preocupación que debe centrarnos es la de garantizar una salida social y justa de la actual crisis pandémica a las familias trabajadoras. Debemos mirar de frente al actual Gobierno de Navarra, y con total honestidad debemos pedirle y exigirle una mayor valentía y una mayor celeridad en el cumplimiento del acuerdo programático y en su profundización por la izquierda.

A este Gobierno le reconocemos la buena gestión realizada de los momentos más cruentos de la pandemia, pero también le debemos señalar los debes que quedan en la balanza. La salida social y justa de la crisis, requiere de presupuestos suficientemente financiados, y para eso necesitamos de una reforma fiscal progresiva. Es muy sencillo compañeras y compañeros, quien más tiene y más gana, tiene que pagar más. ¡Que no lo decimos nosotras! ¡Que lo dicta el artículo 31 de su Constitución del 78!

También necesitamos una Banca Pública que intervenga directamente en el desarrollo económico de Navarra y que democratice el acceso ciudadanos a los servicios financieros. Nuestro compañero Jose Miguel se ha cansado de explicarlo, es posible y es necesario. Necesitamos una Banca Pública que de crédito a las familias trabajadoras, no ninguna Sodena reforzada para financiar a los de siempre.

En estos momentos en los que cada día el propio planeta nos recuerda que el modo de producción capitalista es incompatible con la supervivencia del propio planeta, el Gobierno de Navarra debe ser más atrevido en el proyecto de Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética, y debe introducir la fiscalidad climática en este proyecto, y también debe promover decididamente modelos energéticos alternativos. No se tratan de meras declaraciones de intenciones, ¡nos estamos jugando la supervivencia del planeta! ¿Qué planeta le vamos a dejar a nuestras hijas y nietas? ¡El desarrollo económico no puede anteponerse a la existencia del propio planeta!

De igual manera, a este Gobierno de Navarra le exigimos que no se ponga de perfil y que deje de financiar de una vez por todas a los centros educativos que segregan a su alumnado por cuestión de sexo. La sociedad no convive segregada, y la ciudadanía del futuro debe coeducarse en igualdad y diversidad. ¡Basta ya de tretas para seguir financiando la educación segregada!

La industria navarra requiere de un potente plan industrial, que desde lo público apueste por un modelo medioambientalmente sostenible, de alto valor añadido y especializado, que genere empleo digno y de calidad. Este nuevo modelo industrial debe contribuir a asegurar la soberanía productiva española, en posibles futuras situaciones de emergencia no podemos volver a depender de los antojos usureros de las empresas multinacionales. Así mismo, desde el Gobierno de Navarra se debe de velar por el interés general de los y las navarras. No podemos permitir que empresas como TRENASA de Castejón nos tomen el pelo recibiendo cuantiosas ayudas públicas y seguidamente deslocalizar su producción.

Navarra es una tierra  plural y diversa en todas sus concepciones, donde incluso cohabitan y deben convivir pluralmente distintas identidades nacionales. Dejado atrás el periodo en el que el frentismo identitario era instrumentalizado día tras día, hay que seguir trabajando por normalizar la convivencia entre diferentes. Además, cada día son más los nuevos navarros y navarras nacidas en otros lugares del planeta que vienen a convivir con nosotras, y lejos de discursos racistas y xenófobos por desgracia cada vez más frecuentes, debemos aprender a vivir nutriéndonos de sus experiencias y culturas. El euskera, como patrimonio cultural de nuestra comunidad debe ser cuidado y  mimado, huyendo de su instrumentalización política.

El desequilibrio territorial existente entre las distintas comarcas de Navarra no es fruto de la casualidad. En necesario vertebrar socio-económicamente todo el territorio navarro para garantizar la cohesión de todos los vecinos y vecinas. Ojo, pero esa vertebración territorial también tiene que llegar a la actividad interna de nuestra organización, tenemos que arbitrar procedimientos y mecanismos para que no toda nuestra actividad político-organizativa se concentre aquí en Iruñea.

Y sobre todo también, necesitamos una sociedad feminista que garantice la convivencia en plena igualdad. Igualdad salarial, reconocimiento de la importante labor de cuidados, garantizar y ampliar el derecho al aborto, desterrar la violencia machista, abolir la prostitución… Son cuestiones que la cuarta ola del feminismo ha vuelto a poner en la agenda, y con las que nuestra organización ha de comprometerse de forma inquebrantable. Los 8 de marzo el movimiento feminista ha parado el mundo, y nuestra organización no debe quedarse al margen, el feminismo debe atravesar transversalmente todos y cada uno de nuestros planteamientos, acciones y propuestas política.

En definitiva, en Navarra debemos hacer un uso social y solidario de nuestro Autogobierno para combatir los desequilibrios estructurales de un sistema económico y de un modelo de producción injusto, que genera pobreza y miseria, sometiendo a la mayoría social a los intereses de una elite minorita. Los problemas de los navarros y navarras son los mismos que los de las vascas, riojanas, o andaluzas. Juntos, los pueblos trabajadores del conjunto de las regiones y naciones que componen nuestro país tenemos que caminar hacia la III República Española, no solo para desprendernos de los crápulas de los Borbones, que también, si no para conquistar un país que merezca la pena ser vivido. Un país plenamente democrático, un país plurinacional y federal, un país laico, un país solidario, un país medioambientalmente sostenible, un país feminista. En definitiva, un país republicano y socialista. 

Son muchos como veis los retos que tiene nuestra organización por delante, y para ello necesitamos una Izquierda Unida de Navarra fuerte y bien organizada. Pero compañeros y compañeras, todos esos retos no los alcanzaremos nosotras solas. Nuestra organización, nació en el año 86 al calor de las movilizaciones contra la entrada de España en la OTAN con la vocación de aglutinar a toda la izquierda alternativa situada a la izquierda del PSOE, y hoy en día tenemos que recuperar con más ahínco posible esa vocación aglutinadora. Hoy en día, el espacio político-electoral que durante décadas hemos ocupado nosotras solas lo compartimos con otras compañeras y compañeras, y con la misma altura de miras que lo hicimos hace 35 años ahora debemos volver a enarbolar la bandera de la unidad.

Con humildad y con generosidad, sin miedos ni temores, y con la más profunda convicción de que la unidad es la mejor herramienta para defender los intereses y derechos de nuestra clase social debemos construir la más amplia alianza social y política que podamos. Aquí en Navarra debemos valorar como muy buena la experiencia de Izquierda-Ezkerra que durante los últimos 10 años hemos compartido con las compañeras y compañeros de Batzarre. Pero ya no es suficiente. Las pasadas elecciones locales y forales nos dimos de bruces con la realidad, y debemos hacer una enmienda a la totalidad de la división de la izquierda navarra. En estos momentos sobre los cimientos que constituyen la coalición Unidas Podemos debemos edificar el frente amplio que requieren los tiempos actuales. Con Batzarre, con Podemos, con movimientos sociales, con movimientos sindicales, con todo aquel agente individual o colectivo que quiera, tenemos que construir una herramienta unitaria que logre ilusionar a la mayoría social trabajadora de Navarra, y que logre también disputar la hegemonía política que ostenta en este momento el PSN.

Compañeras y compañeros, las organizaciones políticas de la izquierda debemos ser herramientas al servicio de nuestra clase, y en estos momentos, ante la incertidumbre propia de la pandemia y ante los monstruos que surgen en el claroscuro actual, nuestra clase espera de nosotros y de nosotras altura de miras, coherencia y valentía. Si hacemos las cosas bien, si creamos un sujeto político plural, heterogéneo e ilusionante, en el que todos y todas tengamos un espacio cómodo en el que nos sintamos reconocidas, no debemos marcarnos ningún tope, debemos aspirar a construir la primera fuerza política de Navarra alternativa a las derechas. No me cabe la menor duda de que nuestra organización se va a dejar la piel en ello, y quizá siendo un poco atrevido, no me cabe la menor duda tampoco de que las compañeras y compañeros de Batzarre y de Podemos también se la van a dejar. El reto es mayúsculo, pero debemos afrontarlo con la mayor de las ilusiones y de las alegrías. Unidad en la calle, unidad en el conflicto social, unidad en la movilización, unidad en el movimiento obrero… Tenemos que tenerlo muy claro, unidad electoral para ganar, y unidad popular para transformar. Nuestros objetivos últimos, la República y el Socialismo, requieren de una ciudadanía concienciada, movilizada y organizada. Somos plenamente conscientes de que gobernar no es sinónimo de tener el poder, y para ser realmente efectivas en nuestra aspiraciones transformadoras necesitamos un pueblo que de sustento y defensa a nuestra práctica política.

Lo he comentado ya antes, nuestra organización estará siempre con cualquier alternativa que suponga mantener a las derechas alejadas del poder. Y a buen seguro, post-electoralmente, allí nos encontraremos también con las compañeras de EH Bildu, de Geroa Bai, e incluso del PSN. Sabemos que no son pocas e incluso importantes las discrepancias políticas, programáticas e incluso identitarias, que nos separan. Pero la mayoría social de Navarra no puede permitirse volver a ser gobernada por las derechas. Recordamos perfectamente lo que supusieron los gobiernos de UPN para esta tierra, y no queremos ni imaginarnos lo que podría llegar a ser un Gobierno ahora de Navarra Suma. Frente a la derecha, Izquierda Unida de Navarra siempre estará dispuesta y presente.

Voy terminando ya. Compañeros y compañeras, hoy de esta XI Asamblea debe salir una Izquierda Unida de Navarra realmente unida y fortalecida. Tenemos un gran trabajo por delante, pero a buen seguro entre todos y todas seremos capaces de realizarlo, a ilusión no nos va a ganar nadie.

El camarada Miguel Hernández, nuestro poeta del pueblo, escribía «Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños». Hoy aquí, inmersos de nuevo en el otoño, los hombres y mujeres de Izquierda Unida de Navarra afirmamos que tampoco renunciaremos jamás ni al más viejo de nuestros sueños.

Muchas gracias, mila esker. ¡Hasta la victoria siempre! ¡Salud y República!

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