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¡Apuesta por la Pública!

Por Carlos Guzmán, Coordinador General de Izquierda Unida de Navarra y Portavoz Parlamentario de Contigo Navarra _ Zurekin Nafarroa

Se aproxima el periodo de preinscripción y matriculación en centros escolares para el curso 2025-2026, y durante los próximos días miles de familias de nuestra comunidad tendrán que tomar una importante decisión para el futuro de sus hijos e hijas. Una decisión que marcará el devenir educativo, profesional y vital de nuestras generaciones más jóvenes. Pero una decisión que también marcará el futuro de la sociedad navarra.

De los 113.688 estudiantes actuales del sistema educativo navarro, 76.176 se encuentran matriculados en centros de la red pública. El presente curso 2024-2025, de los 5.179 nuevos alumnos y alumnas de 3 años que comenzaron sus clases el pasado mes de septiembre, el 61 %, 3.154, se incorporaron a colegios de la red pública.

Los colegios públicos de Navarra están abiertos a los barrios y a los municipios de todo nuestro territorio. En todos ellos, la participación de las familias es un hecho importante. Además de ser una premisa contemplada en la normativa, las direcciones de estos centros saben que la colaboración de los padres y madres en la vida del colegio mejora el rendimiento de sus hijos e hijas. Numerosos estudios así lo corroboran.

Los mejores colegios son aquellos que integran a todos los niños y niñas, que no discriminan ni por sexo, ni por condición socio-económica, ni por necesidades educativas diversas. La escuela pública, en sus distintas etapas educativas, desde los cero años, atiende a la diversidad, lo que supone un esfuerzo para la escuela que compensa con creces porque proporciona una experiencia vital positiva a todos los que la viven. En la escuela pública se valora el esfuerzo por aprender independientemente de la procedencia socioeconómica del alumnado.

La escuela pública es creativa e innovadora. Las dificultades que pueden surgir a diario se afrontan, se aceptan y se tratan antes de que lleguen a ser problemas. No se ocultan. Para ello se cuenta con recursos humanos de calidad. La mayoría de los y las docentes de la escuela pública son profesionales que han accedido a su condición de funcionarios docentes tras las preceptivas y exigentes oposiciones, y son personas que se siguen formando a lo largo de sus años de ejercicio profesional.

Los distintos modelos lingüísticos que existen en la red educativa pública de Navarra; el modelo A (enseñanza en castellano con euskera como asignatura), el modelo B (enseñanza en euskera con castellano como asignatura), el modelo D (enseñanza en euskera), y el modelo G (enseñanza en castellano); garantizan a nuestros y nuestras estudiantes una enseñanza de calidad en las dos leguas propias de esta comunidad.

La Constitución española, en su artículo 27, declara el derecho universal a la educación, así como el carácter obligatorio y gratuito de la enseñanza básica (27.4), estableciendo, en su punto 5, que “los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes”. La Educación de titularidad y gestión pública, es garante de la equidad y la cohesión social, en tanto que asegura el ejercicio del derecho universal a la educación en condiciones de igualdad y democracia, sin discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

El sistema mixto, complementando la red de centros públicos, que abarca todo el territorio foral, con determinados centros educativos privados a través del concierto económico, procede de la LODE de 1985. En aquel momento, fue concebido como la vía para garantizar la escolarización de toda la población. Con el paso de los años, y con los cambios demográficos y migratorios, se está mostrando generador de problemas de equidad, al no respetar el principio constitucional de la gratuidad de las etapas obligatorias; de los 6 a los 16 años. Por otro lado, en un contexto de creciente diversidad religiosa y cultural, el mantenimiento de una patronal vinculada a la Iglesia católica, así como la transformación de colegios antes religiosos en nuevas Cooperativas de padres, madres y profesorado, resulta difícil de conciliar con los principios de la cohesión social y del trato igualitario que las administraciones públicas deben conceder a todos sus ciudadanos.

La «libertad de elección de centro», reclamada por determinados sectores sociales, en este sistema mixto se convierte en segregación. Las propias familias privan a sus hijos e hijas de la convivencia con la diversidad de la sociedad en la que viven. La concertación de centros no debe servir en ningún caso para la segregación social y la administración pública debe continuar tomando medidas para evitarlo.

Las instituciones públicas deben garantizar el derecho a la mejor educación posible en todos y cada uno de los centros públicos, favoreciendo, además, la escolarización más cercana al domicilio familiar del alumnado. Por ello y para ello todos los municipios y barrios deben contar con plazas públicas suficientes en centros dotados con todos los recursos necesarios para posibilitar que así sea. Esto no solo es más justo y equitativo, sino que preserva ante todo la función social de la educación, y prima el interés supremo de los y las menores.

Por todo ello, durante el próximo periodo de preinscripción y de matriculación escolar, apostar por los centros educativos de la red pública, es apostar por el mejor futuro educativo y formativo posible para nuestros hijos e hijas. Y a su vez, también, es apostar por el mejor futuro posible para la sociedad navarra.

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