
En estos momentos, las izquierdas navarras, debemos advertir sobre la peligrosa deriva belicista impulsada por la Unión Euro- pea bajo el liderazgo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y sus aliados de la OTAN. El anunciado Plan “ReArm Europe”, supone un paso más en la escalada militarista que amenaza con sumergir a Europa en una espiral belicista, desviando bajo el argumento de un supuesto enemigo externo, recursos públicos fundamentales a armamento, defensa y seguridad; inversión belicista que será costeada con recortes en derechos sociales y políticas públicas perjudicando las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría social navarra.
Pero la respuesta de Europa no puede ser más armas para la guerra, y la destrucción, todo ello para mayor beneficio de la industria militar de EEUU. Para nosotros/as, la respuesta a “los señores de la guerra” pasa por más legalidad internacional, más diplomacia y más diálogo, más derechos, más soberanía económica, alimentaria y energética, en definitiva, una Europa social y de los pueblos, sostenible y más unida, que ofrezca más seguridad a la ciudadanía, combata las desigualdades y profundice en la imprescindible transición ecosocial. Y exija, en estos momentos en los que las bombas siguen asesinando en Ucrania, en Palestina y en otros lugares del mundo, un alto al fuego real. No debemos enviar ya ni más armas ni más dinero. Denunciamos que tanto la vía de Trump como la europea del rearme no son válidas. La diplomacia y el diálogo son el camino para acabar con todos los conflictos armados que hay en el mundo.
Históricamente, Navarra ha sido una tierra pacifista, antimilitarista e insumisa. En Navarra, recordémoslo una vez más, en el Referéndum consultivo en relación con la Alianza Atlántica celebrado el 12 de marzo de 1986, el pueblo navarro dio un con- tundente portazo a la OTAN. Con una participación del 62,64%, 130.828 navarros y navarras (el 53,44 %) optaron por el No a la OTAN, frente a los y las 99.815 (el 40,77%) que si respaldaron la OTAN. Años después, Nafarroa fue punta de lanza del movimiento antimilitarista y por la insumisión, en el que cientos de jóvenes acabaron en la cárcel por defender la paz y luchar contra los ejércitos y en favor de una sociedad desmilitarizada. A ello, hay que sumar las décadas de lucha contra el polígono de tiro de las Bardenas, como espacio al servicio de la OTAN y la guerra, con graves afecciones al medio ambiente y la seguridad de los pueblos de la zona. Hoy, años después de aquellas potentes movilizaciones que se produjeron a lo largo y ancho de toda Navarra, nuevas generaciones debemos retomar la defensa de la Paz y la lucha antiimperialista como una cuestión fundamental.
Las izquierdas políticas, sociales y sindicales, defendemos en este momento la seguridad humana, como concepto alternativo al del rearme militar. La mayoría social trabajadora de Navarra no necesitamos ni bombas, ni drones, ni tanques. Necesitamos seguridad en el ámbito laboral, necesitamos seguridad en el acceso a la vivienda, necesitamos seguridad sanitaria y educativa, y necesitamos también soberanía alimentaria, y seguridad medioambiental o cultural. Necesitamos derechos y garantías sociales.
Hoy tenemos que señalar que la guerra, el hambre, la pobreza y la desigualdad, que indudablemente va a generar el Plan de Rearme (algunos países europeos ya están asumiendo públicamente los pertinentes recortes sociales), son evitables. Hoy los pueblos de Europa, debemos reafirmar nuestro compromiso con la paz, con la soberanía de los pueblos y con la defensa de los derechos sociales de la mayoría social.
La propuesta de estas organizaciones políticas, sociales y sindi- cales, para el mundo es muy distinta a la hoja de ruta que los señores de la guerra pretenden imponernos. Ante un mundo multipolar en constante cambio, apostamos por la diplomacia y por el diálogo, apostamos por procesos de desarme con especial atención a los arsenales nucleares, apostamos por la disolución de organismos militaristas como la OTAN, y apostamos por el desarrollo de proyectos de cooperación multilateral entre los pueblos del mundo.
Es necesario y urgente un cambio de paradigma que se imponga al belicismo imperante en Europa y en el mundo. Es necesario construir culturas de paz y de diálogo como mecanismo de resolución de los conflictos políticos. Es necesario construir un proyecto de seguridad propio que garantice la estabilidad y la paz para toda Europa, incluida Rusia. Solo un modelo socio-económico que garantice unas condiciones dignas de vida para la gente y unas relaciones internacionales que se construyan sobre la base del respeto de los derechos de todos los pueblos y todas las personas, y escapen de la lógica de los estados y del capital, puede garantizar un mundo en coexistencia pacífica.
Hoy, como en 1986, los navarros y navarras señalamos que la construcción permanente de la Paz debe ser la única vía para la convivencia fraterna de todos los pueblos del mundo.
No al Plan de Rearme. No a la Guerra. Sí a la Paz.